lunes, 15 de febrero de 2016

Síndrome de Alienación Parental (SAP)

                “Síndrome de alienación Parental (SAP), un término que el profesor de psiquiatría Richard Gardner acuñó en 1985, para referirse a lo que él describe como un desorden psicopatológico, en el cual un niño, de forma permanente, denigra e insulta sin justificación alguna a uno de sus progenitores”. “Según el Dr. William Bernet, profesor emérito de psiquiatría en la Escuela de Medicina de la Universidad de Vanderbilt y uno de los propulsores de que el SAP, sea reconocido por el DSMV, el SAP, sería un estado mental de un niño, cuyos padres están involucrados en un divorcio altamente conflictivo y es influido fuertemente por uno de ellos rechazando relacionarse con el otro sin justificación legítima”.
Este padecimiento se hizo de uso estratégico en los juicios del orden familiar por parte de los abogados a mediados de la década pasada, ya que este padecimiento es considerado violencia familiar con toda razón, pues es en contra de los derechos de los niños a tener un sano desarrollo psicosocial, a un desarrollo saludable en su entorno familiar, al fortalecimiento de sus lazos  filiales con cualquier miembro de la familia, en específico con alguno de sus progenitores; toda vez que dicho síndrome se presenta cuando uno de los progenitores influye en los sentimientos de sus descendientes, para que estos odien o desprecien al otro progenitor.
En el ejercicio profesional de los abogados, esta estrategia jurídica marco de manera sobresaliente un uso habitual en su práctica judicial cotidiana, ya que acreditado este tipo de violencia es suficiente para que el cónyuge que influya en los sentimientos de sus menores hijos  para que estos odien al otro progenitor, fuera condenado a la suspensión de la patria potestad, así como no mantener un régimen de visitas y convivencias.
Esta pérdida de derechos paternos con este motivo no es por siempre, ya que como es sabido, las circunstancias en el ámbito familiar cambian, pudiendo el cónyuge perpetrador de este tipo de violencia recuperar o restablecer derechos de patria potestad y régimen de visitas y convivencias con sus menores hijos cuando este acreditara que su conducta de mala influencia ha cambiado y determinado por un psicólogo especialista en SAP.
Por estadística, la mayoría de las veces el cónyuge alienador de las ocasiones es la madre, que influye para que los menores odien a los padres, es por lo que en México se han creado diversas asociaciones civiles de padres que están en procesos judiciales de separación, tratando de brindarles apoyo para librar sus procesos. Lamentablemente los cónyuges o concubinos que están en procesos de separación han usado a los hijos como un objeto para lastimar a su ex pareja, dejando de lado el interés superior de los menores.
Estos son algunos de los síntomas que se han asociado con el (SAP) [1]
“Campaña de denigración en la cual el niño está obsesionado con el odio hacia uno de los progenitores: se combinan aquí el “lavado de cerebro” que lleva a cabo el progenitor alienante con la propia contribución del hijo a la denigración del progenitor alienado. No estamos ante el SAP si el hijo no colabora en esta campaña.
Racionalización de la conducta de manera débil, absurda o frívola: el SAP sólo puede predicarse de hijos que no han sufrido ningún tipo de abuso, físico, sexual o emocional, ya que de lo contrario podría justificarse la conducta denigrante del menor hacia el progenitor. Al contrario, el SAP se caracteriza por que el menor justifica con argumentos absurdos su odio hacia el progenitor alienado.
Falta de ambivalencia: en las relaciones personales siempre existen aspectos positivos y negativos. Los niños que presentan SAP son incapaces de reconocer los aspectos positivos de su relación con el progenitor alienado y sólo se centran en los negativos, y, de manera inversa con el progenitor alienante.
El fenómeno del “pensador independiente”: este fenómeno ocurre cuando el niño hace suyos los sentimientos de odio hacia el progenitor alienado cuando en realidad, está imitando los del progenitor alienante.
Apoyo automático al progenitor alienante: el niño que presenta SAP apoya de forma automática y sin reflexionar al progenitor alienante en casos de conflicto entre los padres
Falta de remordimientos por la crueldad hacia el progenitor alienado: los niños con SAP no tienen ningún tipo de remordimiento en sus manifestaciones de odio hacia el progenitor alienado, quien tiene la opción de, o tolerar el comportamiento del niño, o suspender el contacto.
Presencia de “situaciones” prestadas: el hijo describe situaciones que, por su naturaleza, son impropias de su edad y se intuye que son obra del progenitor alienante.
Extensión de la animosidad hacia la familia del progenitor alienado: el odio del niño puede extenderse a familiares del progenitor alienado y negarse a visitarlos.”

Puesto que el SAP, calificado de enfermedad mental, sólo aparece en casos de custodia conflictiva, es necesario practicar un correcto diagnóstico diferencial, es decir, no se puede confundir el síndrome de alienación parental con determinadas conductas de los progenitores que provoquen la hostilidad hacia el otro. Un “síndrome” se define como un conjunto de síntomas que caracterizan una enfermedad, por lo que no basta con que el progenitor hable mal del otro, sino que debe crear en su hijo un verdadero sentimiento de odio hacia el otro, sentimiento que el niño siente como suyo.

En conclusión,  es claro que el Síndrome de Alienación Parental (SAP) requiere de un estudio profundo que permita orientar a los jueces y tribunales en la resolución de los casos que se les presentan. Las alegaciones de SAP surgen durante procesos en los que se discute la atribución de la guarda y custodia de los menores, por lo que el diagnóstico del síndrome requiere de la máxima certeza, puesto que sólo así se conseguirá defender con éxito el Interés Superior del Menor, ningún hijo debe ser tratado como traidor solo por querer a sus padres.


Maricruz Ortega Posadas
Auxiliar Jurídico de Asconjur S.C.



 [1] K. Daniel O’LEARY and Kirstin C. MOERK, Divorce, Children and the Courts: Evaluating the Use of the Parent Alienation Syndromein Custody Disputes, 1990.


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